viernes, 13 de mayo de 2011

Sho-shan

Sho-shan y la dama oscura,
de Eve Gil               

Eve Gil es una escritora a quien le gusta experimentar con diversos géneros. En su su penúltima novela, Virtus, hace una alegoría del México arruinado, incursionando en la ficción especulativa, la cual, según ella, consiste en “hablar del presente como si fuera el futuro”.
Ahora, con la publicación de su novela Sho-shan y la dama oscura, anunciada como “la primera novela en español acerca del manga” vuelve a sorprender. Con esta obra, no sólo pretende conquistar al público infantil y juvenil, sino que además aspira haber inaugurado un género, al que ha denominado “realismo mángiko”. Así, esta novela se apropia de recursos del manga y del animé, para abordar la intolerancia hacia los otros, los considerados distintos por cuestiones de raza, orientación sexual, discapacidades físicas o psíquicas, etcétera.
La historia está contada por Violeta Monsalve, alias Murasaki Fujita, la mangaka –realizadora de mangas– más joven del mundo, quien, haciendo una narración retrospectiva, apoyada en fragmentos de su diario infantil, ilustraciones y videos, refiere la tragedia familiar. Cuando su hermana Luisa –alias Cho-chan, ‘niña mariposa’, obsesionada con estos insectos– tenía cinco años de edad, fue acusada de matar a su mejor amigo y condiscípulo, Toto. La niña fue incapaz de rendir declaración, porque padece Síndrome de Asperger –trastorno de la conducta similar al autismo– y jamás ha podido hablar.
Violeta y sus exitosos padres, la escritora Dagmar Oscura y el médico Luis Monsalve, buscarán defender a cualquier precio la inocencia de la criatura, quien es sometida a arraigo domiciliario, tras la fuerte presión de la familia del niño fallecido. La prensa amarillista azuza a la opinión pública en contra de la presunta asesina, calumniando a su familia y ensañándose particularmente con Dagmar Oscura, a quien acusan de haber educado pésimamente a sus hijas, por consentir que vean series japonesas harto violentas.
Entre tanto acontecimiento disparatado, ocurre uno todavía mayor: Violeta-Murasaki es contactada por Arigato Sensei, un monje budista, quien le revela que tanto ella como su madre y hermana son seres híbridos, mitad manga-mitad humanas… Tal confesión suscita en la chica incluso más dudas, pues sigue sin saber las razones que justifiquen ni sus evidentes rasgos chinos, ni la amnesia de su madre, ni el mutismo de su hermanita, ni la muerte del amiguito de ella. Estas circunstancias hallarán su explicación tanto en el mundo fantástico como en el real, donde el demonio acecha y oprime en las más variadas formas… [Eve Gil, con ilustraciones de Murasaki Fujita, Sho-shan y la dama oscura, México, Suma de Letras, 2009].


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